El Yaguareté habitó originalmente en gran parte del territorio argentino, llegando a vivir hasta las orillas mismas del río Negro, en la Patagonia.

Con la llegada de la colonización, se inició un proceso de extinción de la mano de la ocupación de territorios, el establecimiento de poblaciones y la ganadería que lo fue extinguiendo hasta su actual rango de distribución en tres regiones del norte: la selva de Yungas en el noroeste, la región Chaqueña al centro y la selva Misionera al este.

En la actualidad, sobreviven tres poblaciones en esas áreas y que no tendrían conexión entre si (aún podría haberla entre la de yungas y chaco, aunque sería muy frágil y con pocas posibilidades de subsistir).

Es decir, los menos de 250 Yaguaretés que quedan en la Argentina no están todos juntos: a grandes rasgos, estimamos que existen unos 120-150 ejemplares en las yungas, alrededor de 20 en la zona chaqueña y 50-70 en la selva misionera, lo cual, por donde se lo mire, nos habla a las claras de que la población yaguaretera de Argentina se encuentra al límite de sus posibilidades de supervivencia.