Situación actual del Yaguareté en Argentina

Arrinconado en las Yungas de Salta y Jujuy, una porción cada día más modificada del chaco seco y en lo que queda de la selva Misionera, la situación del Yaguareté en Argentina es complicada, de hecho, se encuentra en PELIGRO CRÍTICO de extinción, esto significa que de no modificarse ciertas amenazas que enfrenta actualmente, podría extinguirse en los próximos años.

La Red Yaguareté estima que quedan menos de 250 Yaguaretés adultos en todo el país, divididos en tres poblaciones distintas: 1) Yungas de Salta y Jujuy, 2) Región Chaqueña (casi exclusivamente en Chaco Seco, con incursiones y sitios que deben ser investigados por probable presencia en áreas de Chaco húmedo) y porciones de la Selva Misionera o Paranaense (coincidiendo casi en su totalidad con el Corredor Verde, pero no en forma absoluta).

Sin embargo, estas son descripciones que nos permiten circunscribir el tema y tratarlo de una forma más ordenada, pues continuamente aparecen Yaguaretés alejados de estas zonas ya que es un animal capaz de trasladarse grandes distancias, inclusive atravesando ambientes muy modificados por el hombre.

A grandes rasgos, hablamos de unos 120-150 ejemplares en las yungas, alrededor de 20 en la zona chaqueña y 70-90 en la selva misionera, lo cual, por donde se lo mire, nos habla a las claras de que la población yaguaretera de Argentina se encuentra al límite.

Los Tigres de las Yungas y del Chaco Seco podrían tener aún alguna mínima posibilidad de contacto (no hay estudios que lo aseguren, sólo datos aislados de ejemplares en esa zona), pero a largo plazo ya casi podemos decir que es muy difícil, por el avance de la frontera agropecuaria que lo priva de su hábitat y lo expone a fatales (para él) encuentros con el hombre. De todos modos, su distribución es conocida parcialmente en nuestro país, hay zonas en donde su presencia es conocida y otras en donde no hay datos suficientes. Frecuentemente nos sorprendemos con algún avistaje aislado en regiones donde no se lo creía presente (como en el Parque Nacional Pilcomayo, en Formosa).

Según Humboldt, a principios del siglo 19 salían anualmente para Europa, sólo del puerto de Buenos Aires, 2.000 cueros de Yaguareté. La grasa es muy estimada por el vulgo de diversas partes de América como remedio para muchos males y sobre todo contra el reuma (Cabrera y Yepes, 1960). Martín Herrán ha citado una persona que se dirigía a la provincia del Chaco en Febrero de 2.001 en busca de «grasa de Tigre» para paliar dolores musculares, quien manifestó que está cada vez más cara debido a que hay menos ejemplares.

En la Pampa central de Argentina, ya estaba totalmente extinto hacia 1925. Según Canevari (1), el último ejemplar parece que fue una hembra capturada como cachorro en la Estancia San Basilio, alrededor de 1903. En esta zona el Jaguar habitaba los grandes y densos pajonales que rodeaban a las zonas inundadas y cursos de agua, ya que en la misma no hay bosques.

Este mismo autor refiere lo siguiente: en la Argentina, el «Yaguareté» tenía otrora una amplia distribución. Por antiguas citas de viajeros, nombres de localidades y palabras y nombres propios aborígenes, se puede inferir que en el pasado alcanzaba el río Santa Cruz, según Cabrera en 1780 aún había tigres en el alto río Santa Cruz. Existen referencias de fines del siglo 19 y de los primeros años del 20 sobre la presencia de Yaguaretés en Buenos Aires y La Pampa, hasta las márgenes del río Colorado. A principios del 1900 todavía habitaban en el norte de la Provincia de Corrientes.

En Entre Ríos, el último ejemplar fue ultimado en 1950 (o al menos es el registro más reciente que tenemos), en Espinillo, y si bien se dijo que había venido en camalotes (plantas acuáticas) desde el norte del país, nunca se supo si esto fue realmente así, era un macho de 85 kilos.

En todo el ámbito de su distribución, el Yaguareté encuentra dos problemas fundamentales de supervivencia: la modificación de su hábitat (con la consecuente pérdida de refugios y presas naturales) y la presión de caza debido a los ataques al ganado doméstico.

Macho adulto mantenido en cautiverio, junto a otros 6 ejemplares, en Montecarlo, Misiones. Cuando atacan al ganado, la opción parece ser ésta o matarlos, que es la más usual.En Misiones, las zonas más afectadas por predación de Jaguares sobre ganado doméstico o perros son los límites este (zonas rurales de Colonia Andresito y Caburé-i) y la zona sur (área aeropuerto y chacras vecinas) del Parque Nacional Iguazú, la zona ganadera de Montecarlo en el centro, y también hay algunos casos denunciados en la zona de Ruiz de Montoya, cerca del Parque Provincial Salto Encantado y un poco más al sur, cerca de Jardín América, éste último caso merece confirmación por ser muy reciente y carecer de mayores detalles.

En Salta y Jujuy, los ataques registrados se dan en casi todas las comunidades aborígenes, que realizan ganadería bajo monte en forma extensiva, la ausencia de cuidados o vigilancia favorece los ataques a terneros. Estas zonas podría demarcarse desde el sur-oeste del Parque Nacional Calilegua hasta la zona de Baritú y todo el sector intermedio, con casos frecuentes de ejemplares cazados. También en la zona ubicada entre Orán y Acambuco, sobre las sierras de Tartagal y las márgenes del Río Grande de Tarija.

Pero más allá de conflictos reales o no tanto con animales domésticos, el Jaguar sigue siendo cazado aunque no se meta con el hombre, por si acaso, por diversión o por deporte, etc., etc.. Se conocen casos de ejemplares muertos dentro del Parque Nacional Baritú y la Reserva Provincial de Flora y Fauna Acambuco (Salta) (6) y la Reserva Provincial Esmeralda en Misiones, a pesar de ser áreas protegidas. En Montecarlo, hay varios casos «reconocidos» en la zona de Yaguaretés ultimados, incluso uno muy conocido (algunos hablan de hasta 13 Manchados, aunque confirmados habrían 4) que hasta ahora no han sido penalizados como establece la legislación vigente.

En esta provincia hay un proyecto de ley que establecería una compensación para aquellos ganaderos que sufrieran ataques de Jaguar en su ganado, aunque deberá ser acompañada de un trabajo conjunto con los ganaderos que permitan generar mejoras en el manejo de los animales y fundamentalmente disminuir la cacería de presas del Jaguar y de los mismos Jaguares. Algo de esto llevó a cabo el biólogo Pablo Perovic en la localidad de Las Escaleras, en Jujuy a principios de los años ’90, demostrando que el impacto de caza sobre los Yaguaretés fue casi nulo durante el período que duró la experiencia, aunque señaló que los pobladores consideran óptimo removerlo de la zona. Sin embargo, el biólogo considera que este esquema sería mejor empleado como un programa de “choque”, que debería ser reemplazado en el largo tiempo, por un programa que incentive a los ganaderos afectados a buscar soluciones alternativas. (3)

El mismo investigador, estimó que para las Yungas, la muerte de Jaguares por la depredación sobre le ganado doméstico estaría alrededor de 9 individuos por año (1991-1996), pero también señaló que entre octubre del 2.000 y enero del 2.001 (solamente 4 meses) se cazaron 6 individuos. A partir de trabajos de campo en la alta Cuenca del Río Bermejo, se pudo obtener una estimación de la abundancia de jaguares basada en datos de avistaje, lo que posibilitó hacer inferencias acerca de su densidad. Para la localidad de Las Escaleras (Jujuy) durante el período 1992-1994 la densidad estimada fue de un individuo por cada 125 km2, mientras que para el Parque Nacional Calilegua (Jujuy) durante el período 1995-1997 la densidad estimada fue de un individuo por cada 60 km2. Estos valores tan diferentes, podrían deberse, a la calidad del ambiente y a la oferta de presas. En Las Escaleras, zona con gran actividad humana, hay una escasa oferta de presas silvestres y la principal oferta es el ganado; en el Parque Nacional Calilegua, donde el estado de conservación es bueno, todos los tamaños de presas naturales están representados, siendo las principales ofertas. Extrapolando lo observado, se estima una densidad de un individuo por cada 140 km2. En Mayo de 2.003, dos ejemplares fueron cazados en Yuto, en el límite norte del Parque Nacional Calilegua, Jujuy, y si bien los cazadores fueron identificados, no pudieron iniciarse acciones legales debido a que los restos del Manchado no fueron ubicados, pero al menos hubo una intención de parte de Parques Nacionales de accionar al respecto (le corresponde desde la designación del Yaguareté como Monumento Natural Nacional), lo que ya es un hecho positivo y que debe ser valorado.

Así y todo, el Yaguareté está demostrando que posee un nivel de resistencia impresionante frente a la acción humana. Hecho que se puede apreciar particularmente en la provincia de Misiones, donde convive entre miles de personas en una selva que cada día se reduce y fragmenta. Más allá de su retracción histórica relativamente rápida, en las últimas décadas (5), su área de distribución se ha mantenido, y si bien en algunas zonas donde era habitual ahora es raro, sigue caminando entre los hombres, en zonas donde no deja de sorprender su presencia.

Huellas de Yaguareté en el Paque Nacional Baritú. Provincia de Salta.Asimismo, todavía existen en Argentina algunos casos -no del todo bien documentados- de ejemplares muertos por cazadores «deportivos», a pesar de que su caza está prohibida en todo el territorio nacional y de que ha sido declarado monumento nacional y provincial en Misiones, Chaco y Salta (no así en Jujuy, Formosa y Santiago del Estero, las restantes provincias donde aún habita y que deberían ponerse al día en este aspecto).

Nuestras estimaciones indican que no nos quedan más de 250 Tigres Criollos en estado silvestre. Son pocos y la situación es difícil, pero hay algunas esperanzas en manos de los Nuevos Tigreros y en algunos proyectos interesantes que deben ser mejorados y apoyados, como la Reserva de Biósfera de las Yungas (en Salta y Jujuy), el Corredor Verde y la Reserva de Biósfera Yabotí (en Misiones) y el Parque Nacional Copo (en Santiago del Estero) y alrededores (Chaco y Formosa).

De nosotros depende que el Gran Manchado siga caminando nuestros montes, ¿que sería de su magia sin el Tigre?

NOTA: Esta página en particular se modifica y actualiza periódicamente, agregando nuevos datos y corrigiendo otros según nuevas informaciones que puedan producirse y fundamentalmente debido a la poca información existente y disponible sobre el Jaguar en Argentina y al dinamismo que sus ambientes están sufriendo constantemente. Por lo que, lo que encuentres hoy escrito aquí, puede no ser exactamente lo mismo que encuentres mañana.